20-01-2020
Es una inflamación acompañada de dolor y picor en los pies, que se aprecia a simple vista por su color rojo violáceo Los niños, las personas mayores o los diabéticos son los más vulnerables ante esta lesión causada por el frÃo Durante el invierno es muy común que una persona diga que tiene los pies frÃos. En ocasiones puede darse esta situación únicamente como consecuencia del mal tiempo, pero hay que tener precaución ya que puede ser sÃntoma de enfermedad. Ante la llegada del frÃo intenso, el Colexio de Podólogos de Galicia explica que es necesario prestar un buen cuidado a los pies, especialmente en ciertos segmentos de población como niños, personas mayores, diabéticos o con personas con anemia. Tras la sensación de pies frÃos, después de abrigarlos, el Colexio de Podólogos de Galicia destaca que se pueden esconder diversas patologÃas, muchas de ellas como resultado de falta de sensibilidad en los pies. Por otra parte, también puede haber un problema neurológico hereditario, que aparezca en primera instancia en los pies y termine por extenderse hasta la parte inferior de las piernas. ¿Por qué se tienen los pies frÃos? -Problemas circulatorios. Es considerada la principal causa de tener los pies frÃos. El frÃo tiene un efecto directo sobre los vasos sanguÃneos. Produce un estrechamiento que afecta a la cantidad de sangre que circula por las arterias y venas. De esta manera, la sangre no llega correctamente a toda la planta del pie ni a los dedos por lo que no se produce aumento de temperatura. -Problemas neurológicos. La sensibilidad en los pies es la encargada de ordenar al sistema circulatorio que aumente el flujo sanguÃneo y caliente las zonas más distantes. Ciertas enfermedades que afectan a la conducción nerviosa pueden generar un trastorno de la sudoración y una mala regulación de la temperatura del pie. -El calzado. Los zapatos deben cumplir una serie de caracterÃsticas de protección para los pies. Un calzado inadecuado para los meses de invierno puede hacer que los pies pierdan el calor necesario. -El sudor excesivo o hiperhidrosis. El sudor frecuente provoca la aparición de infecciones y complicaciones en la piel. Concretamente en los pies causa un descenso drástico de la temperatura. -Insuficiente movilidad. Permanecer mucho tiempo sentado o en la misma posición hace disminuir la activación muscular provocando con ello una menor circulación sanguÃnea. Lesiones causadas por el frÃo en los pies -Congelación. Se trata de una dermatosis extrema. Se corta el riego sanguÃneo en la zona afectada y termina por apreciarse en color negro. -Sabañones. Es una inflamación habitual en la piel que va acompañada de dolor y picor y es causada por un exceso de humedad. -Fenómeno de Reynaud. Se produce cuando las arterias de los dedos de los pies reaccionan de forma exagerada a las distintas temperaturas. La apariencia es una piel blanquecina y zonas distales rojas. -Acrocianosis y eritrocianosis. Son enfermedades en la piel por sensibilidad al frÃo por una dilatación de los nervios y vasos sanguÃneos. En ciertos casos pueden causar úlceras. El Colexio de Podólogos de Galicia explica que para combatir el frÃo en los pies y evitar complicaciones es preciso escoger un buen calzado aislante del frÃo, unos calcetines de buen material que proporcionen confort al pie, y activar la musculatura moviendo los pies al estar mucho tiempo parados o realizando masajes. De esta manera la circulación sanguÃnea aumenta, y con ello, el calor. El regreso de los sabañones En los meses de invierno es muy común que vuelvan los sabañones, una lesión que aparece especialmente en las manos y en los pies al estar expuestos al frÃo. Los podólogos gallegos señalan que el sabañón se manifiesta con un enrojecimiento e inflamación de una zona del cuerpo que provoca dolor y picor, y que tiene como principal causante el frÃo y la mala circulación. El frÃo provoca que la circulación de la sangre no sea buena y finalmente su aparición. Las lesiones se identifican fácilmente, pues son rojo violáceo y se presentan frÃas al tacto. Además, en los nódulos, pueden formarse ampollas o costras y, en casos más graves, los pacientes pueden sufrir secuelas atróficas y deformidades. Los expertos indican que lo más común es que desaparezcan en menos de una semana. Por el momento no existe ningún tratamiento que sea eficaz para su cura. Sin embargo, los podólogos recomiendan pomadas antiinflamatorias y antibióticas para evitar la sobre infección de las heridas y algún corticoide tópico para calmar el picor para aquellos pacientes con mucha inflamación. ¿Qué podemos hacer para prevenir su aparición?